La aparición de la radio en los comienzos del siglo XX supuso un cambio radical en la comunicación y en la vida social. Se pasó de la narrativa escrita a la narrativa oral, del campo exclusivamente visual al espacio imaginario de la comunicación sonora. A lo largo de sus más de cien años de historia, la radio ha demostrado su capacidad de reinventarse. Así lo hizo con la aparición de la televisión, la implantación de la frecuencia modulada (FM) y la estereofonía, la popularización del transistor, las transmisiones por satélite y la irrupción de la primera tecnología digital. Y lo vuelve a hacer ahora, con la generalización de internet, la multiplicación de la movilidad y la amplificación de la conversación con la audiencia a través de las redes sociales.
Todos y cada uno de estos procesos de base tecnológica han revolucionado los procesos de producción, distribución y comercialización de los contenidos radiofónicos, así como el lenguaje y la forma de interactuar de la radio con los profesionales, los públicos y la competencia. Los parámetros clásicos que han definido y diferenciado a la radio –desde la escasez del espectro radioeléctrico y la exclusividad del mensaje sonoro, hasta la inmediatez de la emisión y la recepción– se complementan ahora con otras plataformas de emisión, nuevos lenguajes y mayor competencia por el tiempo de la audiencia.
La
diversidad de soportes y la flexibilidad de plataformas, sumado al papel que
ahora asume la audiencia en el proceso de difusión, establecen nuevos elementos
en la ecuación de la distribución, que abandona definitivamente la verticalidad
y linealidad del esquema analógico. Internet, las aplicaciones móviles y las
redes sociales proporcionan un abanico de posibilidades, complementaria a la
oferta tradicional.
En
su integración con esta nueva realidad de la comunicación, la radio cambia su modelo de ideación y producción de
contenidos, introduciendo nuevas estrategias narrativas, conforme a la
aparición de nuevas plataformas, el mestizaje de lenguajes y la multiplicación
de las posibilidades de interactuar con la audiencia. Las rutinas y el paradigma
tradicional del medio se adaptan –sin perder su esencia o core: el sonido– pero asumiendo nuevos retos, repensando los
procesos para desarrollar contenidos que conecten con las nuevas audiencias, y
aprendiendo a gestionar la innovación en el día a día del quehacer de las
emisoras.
La
irrupción de la tecnología digital también obliga a la radio a replantearse el
modelo de escucha porque ha cambiado la cultura de la audiencia y, por tanto,
sus rutinas de consumo. Y además lo ha hecho de forma muy rápida. Las
audiencias no solo escuchan buenas historias, sino que generan contenidos,
comparten experiencias, consumen un repertorio variado de medios y amplifican
la distribución de los contenidos que les interesan por canales sociales no
controlados directamente por los radiodifusores. Por ello, mejorar la relación
y la experiencia de los públicos sigue siendo –cien años después– el objetivo
prioritario de todos los procesos de la comunicación radiofónica.
La
radio juega con ventaja en este nuevo escenario, ya que ha sido desde su origen
un espacio privilegiado de complicidad, de proximidad y de interacción personal
con la audiencia. Sin abandonar esta ventaja tradicional, la radio tiene que
hacer un esfuerzo por extender las fórmulas de conversación, aportando valor y
contenidos mejorados, a esas comunidades de relaciones personalizadas,
horizontales, cambiantes, activas, diacrónicas, fragmentadas, implicadas y
expandidas que ofrecen los medios sociales. Todo lo contrario a las audiencias
masivas, verticales, pasivas, sincrónicas, lineales, anónimas y limitadas del
modelo de audiencia tradicional que empieza a perder adeptos.
De
esta transformación se habla en los textos que se ofrecen a continuación.
Profesionales y académicos de España, Argentina, México, Ecuador, Brasil y
Colombia se han reunido para reflexionar sobre las transformaciones
protagonizadas por la radio y por la sociedad en los últimos cien años. Ellos
son: Transformaciones en la radio es un esfuerzo colectivo de Graciela Martínez Matías, investigadora y docente mexicana, defensora de las audiencias de Radio Educación de México; Nair Prata, periodista y docente brasileña, vicepresidenta de la Asociación Brasileira de Investigaciones de Historia de los Medios de Comunicación; Graciela Ramírez Romero es socióloga, productora y conductora de Radio Educación de México; Tito Ballesteros López, comunicador social y radialista colombiano, impulsor del blog Radios de América; Chusé Fernández, coordinador de la Escuela de Radio TEA FM de Zaragoza, España; Francisco Godínez Galay, director del Centro de Producciones Radiofónicas de Argentina y Hernán Yaguana Romero, Doctor en Comunicación y Periodismo y docente ecuatoriano.
Me siento muy honrada de introducir sus trabajos y de compartir con ellos la ilusión de repensar la radio y destacar la misión de servicio a la sociedad que le compete como medio de comunicación.
María del Pilar Martínez Costa. Pamplona, octubre de 2017
Me siento muy honrada de introducir sus trabajos y de compartir con ellos la ilusión de repensar la radio y destacar la misión de servicio a la sociedad que le compete como medio de comunicación.
María del Pilar Martínez Costa. Pamplona, octubre de 2017